domingo, 8 de agosto de 2010

Siempre quise que mi vida sea como una cuento. Un cuento al que todo está por escribir y que nunca llega su final. O tal vez como un sueño, al que nunca quiero despertar. En el que yo pueda hacer lo que en verdad me gusta, disfrutando de la vida y siempre riendo. Pero llega un momento en el que el cielo se pone gris. Tengo miedo, y no puedo salir de allí. Quiero correr, pero no tengo suficientes fuerzas. En eso veo que alguien camina hacia mí. Se pone en frente mio y me agarra fuerte las manos. Yo quiero ver su cara pero no lo reconozco. En eso me abraza, lo abrazo. Toco su espalda y de allí siento algo extraño, algo que nunca había sentido. Eran alas. Cuando quiero mirar mis pies puedo observar que estamos flotando a unos cuantos metros de la tierra. Tengo miedo. Levanto la cabeza, miro a mi al rededor y nada había pasado. Simplemente un sueño. Pero ya estoy en la vida real donde hay que enfrentar batallas.

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