sábado, 11 de febrero de 2012

En su momento todo fue felicidad. Cuando estaba con él me sentía a salvo. En sus brazos descanzaba en paz. Las risas, los besos, las palabras. Eran momentos en los que yo de verdad me sentía bien, confiada, contenta y a salvo. Con cada salida que hacíamos nos ibamos conociendo más. Fue casi perfecto. Nos divertíamos y la pasábamos muy bien juntos.
Pero ese verano, que parecía mágico, terminó. Y me di cuenta que todos esos momentos que pasamos juntos  quedaron allá, cerca del mar. Mi cabeza no paraba de pensar en qué era lo mejor para mí, pero me di cuenta que esto no da para más. Tan solo fue un amor de verano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario