lunes, 19 de noviembre de 2012

Inclínense en mi silla de ruedas, besen mi enfermedad. Toquen mi mano a través de las rejas, abrácenme en el hospital. Escúdenme del tiroteo, ustedes sean mi voz. Alcen mi hogar tras la tormenta, lo mío, súmenlo. Con suavidad, limpien mi herida. Lloren mi soledad. Y masajeen mi espalda esclava, ya, curen mi orfandad. Jueguen conmigo mi adolescencia, siempre acompáñenme. Párense ante tanques de guerra, "hermano" llámenme. Rodéenme en mi agonía, la fiebre alívienme. Defiéndanme y hagan justicia, de la basura álcenme. Cobíjenme hasta que nazca, honren mi diversa piel. Denme un mar vivo y un bosque vivo. Ayúdenme a aprender. No dejen que roben mi infancia, gusten mi humilde pan. Abríguenme con sus canciones, siempre háganme un lugar. Con tibio amor, denme remedios, mi hambre y sed, pálpenlos. Conmuévanse de mi abandono. Oigan mi débil voz...

No hay comentarios:

Publicar un comentario