domingo, 12 de septiembre de 2010

Quedate tranquilo, todo va a pasar. Se que te duele, que sufrís, pero en la vida hay que enfrentar cada batalla como si fuera la última. Por un error mio te escuché, te entendí. Mis ganas de abrazarte y de estar contigo eran cada vez más fuertes. Aunque muchas veces no lo demuestre, eres muy importante en mi vida. Hoy, yo en la escalera y tú en el sillón, te necesité mucho más que otras veces. Esas lágrimas que no llegaba a ver, caían más rápido que mis latidos. Al escucharte se me comenzó a borrar la vista. Un nudo en la garganta no me dejaba respirar. Te necesitaba. Necesitaba abrazarte y estar contigo. Muchas preguntas aparecieron en mi mente. Todas con una respuesta cruel. Unas risas lejanas me hicieron sentir mejor. Pero seguía sintiendo que no estabas bien. Estabas triste y sintiendo soledad. Hoy, más que nunca, te quise... te necesité.

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